viernes, diciembre 15, 2006
MUHAMMAD YUNUS, otro gran soñador.
Algunos apartes de la Conferencia Magistral de Yunus en la Fundación Rafael Pino.( Click en el titulo de la entrada para verla completa )
"Por tanto, me sentí muy inquieto, como muchos otros en Bangladesh que se sentían muy descontentos y desencantados con la forma en que iban las cosas alrededor de nosotros. Y pensé que no tenía sentido y que era totalmente inmoral enseñar aquellas teorías que no significaban nada. No sabía qué hacer, porque era lo único que hacía. Había continuado mi formación académica y había hecho todo lo que había tenido que hacer para convertirme en profesor. Por tanto, sentí que quizás podía hacer algo. Podía ser sencillamente un ser humano y ser útil a otro ser humano. No se necesita un certificado para ser útil a otro ser humano, y no se tiene que leer libros de texto para hacerlo. Una relación de humanidad es suficiente para ello."
"La primera nos apareció con mucha claridad. Me enzarcé en una especie de batalla con los bancos existentes, los bancos convencionales, no sólo sobre la cuestión de prestar dinero a los pobres, sino al mismo tiempo abrí otro frente con ellos. Se trataba de prestar dinero a mujeres, sin tomar en consideración si fueran ricas o pobres. Mi alegación contra los bancos era que no sólo negaban préstamos a los pobres, sino que los negaban también a las mujeres. Y di ejemplos de las estadísticas del sistema bancario de Bangladesh. De todos los prestatarios de todos los bancos, ni siquiera un uno por ciento de ellos resultaba ser mujeres. Por tanto, les decía que algo no estaba bien en su sistema que no podía satisfacer las necesidades de las mujeres. Seguían quejándose de que no, no era verdad, que intentaban dar préstamos a mujeres, pero que las mujeres no venían a pedirlos.
Di ejemplos de sus reglas, según las cuales si una mujer quiere pedir un préstamo, si acude al director con su proyecto, el director siempre le pregunta: “¿Lo ha hablado con su marido?” Si ella dice que sí, luego el director le pregunta: “¿Apoya él su proyecto?” Si le dice que sí, que apoya mucho su proyecto, entonces le dice: “Pues, ¿por qué no trae a su marido el lunes y podemos hablar del proyecto?”
Dije: “¿Por qué, el mismo director cuando acude un hombre al banco con su propuesta no le plantea una pregunta similar: “Lo ha tratado con su mujer? ¿Apoya ella su proyecto?” Y finalmente, “¿por qué no trae a su mujer el lunes y hablaremos del proyecto?”
Decía: “Algo está mal en todo esto. Es asimétrico. No es idéntico. No es igual”. Eso, por tanto, era lo que mantenía a las mujeres fuera del sistema. No pasó nada. Sólo me escuchaban de puertas afuera, pero no hicieron nada al respecto."
"Así pues, viendo todo este beneficio, cambiamos nuestro planteamiento completamente. En lugar de ser equitativos, manteniendo a los hombres y a las mujeres en un nivel de igualdad, fuimos un poco audaces. Dijimos que desde ese momento en adelante íbamos a centrarnos sólo en las mujeres. A la gente no le gustó, pero seguimos adelante y lo pusimos en práctica de forma sistemática. Ralentizó nuestro trabajo, porque encontrar mujeres para unirse al Banco Grameen era un proceso muy lento. Tenían mucho miedo a unirse al Banco Grameen, pero pensamos que merecía la pena todavía, y seguíamos adelante con ello.
Hoy día el 95 por ciento de nuestros prestatarios son mujeres. Y muchas de las cosas positivas que han ocurrido con el Banco Grameen --creo que cualquiera puede saber inmediatamente por qué ha sido así -- son porque la abrumadora mayoría de nuestros prestatarios son mujeres. Lo han hecho tal como es. Y estamos muy orgullosos del hecho de que han cambiado sus vidas, las vidas de sus familias y todo lo que tienen alrededor."
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