POLITICA Y CREATIVIDAD

Està tan desprestigiada la polìtica y tan desacreditados quienes la ejercen que se ha vuelto un fastidio hablar de este tema. Craso error. Por indiferencia, abulia, apatìa y delegaciòn de decisiones este campo tan importante ha devenido en cueva de ladrones y poco màs.
Los ciudadanos comunes , en un alto porcentaje, pretendemos desen-
tendernos de la toma de decisiones civiles por el camino fàcil del "desprecio a los
polìticos", sintiendonos impolutos y victimados por los que se aventuran en esas ciènagas aceitosas en donde la tentaciòn del beneficio personal y las ganancias ilìcitas se camuflan con los atractivos ropajes que los hacen olvidar de lo colectivo. Rechazamos ingenuamente nuestra oportunidad de incidir en las decisiones y conformar una realidad màs acorde con nuestras consideraciones.
De la democracia deberìamos retener lo participativo . Que bueno que unos comicios honestos reflejen el sentir y la intenciòn de los votantes. Pero que mejor serìa que esos mismos votantes permanecieran socialmente activos con sus aportes , ideas, sugerencias, anàlisis e inquietudes, construyendo las bases de la sociedad en la que viven ellos y sus familias.
La polìtica es el arte de participar activamente en todas las decisiones y los procesos sociales que al interior de un conglomerado se producen; pero està participaciòn solo serà efectiva si quienes estàn implicados han decidido involucrarse desde una perspectiva autònoma, consciente, no manipulada.
La polìtica debe nacer en las escuelas, en donde los niños comienzan a desarrollarse como personas y debe comenzar aprendiendo para què sirve y que tipo de instrumento es. Es lamentable que la gente desde muy joven anhele ser indiferente para no contaminarse con la pudriciòn entronizada en los predios de la politiqueria. Es triste que abandonemos el poder de decidir en manos de quienes solo quieren sacar provecho personal, porque, debemos entender que, la polìtica es servicio. Servicio a la sociedad , al pròjimo y al futuro. No como sucede en nuestras parroquiales sociedades, en las que los servidores pùblicos elegidos se convierten en estrellas con guardaespaldas (?), en cuasi intocables seres venidos de otra galaxia, en los "doctores" gobernantes,petulantes y ajenos al colectivo llamado "pueblo" con despectiva delectaciòn.
Una forma de ser creativos en polìtica es haciendola accesible a todos. Educando a las personas, no a la manera del Gran Hermano sino al estilo de Ghandi, Mandela y otros luchadores èticos. El autoritarismo es contrario al buen ejercicio de la polìtica.
Contamos ahora con este valioso instrumento de informaciòn (Internet) que transporta las ideas màs allà del horizonte conocido. Instrumento que cada dìa es màs poderoso e interesante. Ya no nos pueden manipular tan fàcilmente, porque poseemos informaciòn de diversas fuentes. Porque podemos comunicar nuestro pensamiento a los cuatro vientos y debatir libremente si nos lo permitimos.
Para que la creatividad permee la polìtica se necesita que los ciudadanos votemos con y por principios èticos y altruìstas. Que participemos en la construcciòn de la sociedad en plan de igualdad, sin sentirnos ajenos a ella como ahora.
De la polìtica nos aparta hoy la densa telaraña de los tejemanejes. De los polìticos nos separa hoy la peste maligna que exhalan sus actos altamente delictuosos.
Pero no podemos detenernos en la crìtica negativa. Deberemos ser Proactivos, Constructivos, Positivos....pero no bobos ni idiotas ùtiles. Somos parte de la colectividad humana, con derechos y deberes iguales. Solo rescatando nuestro derecho a participar de manos de los supuestos lìderes lograremos romper el circulo vicioso en que nos hallamos. El beneficio individual y el colectivo son incompatibles si el primero es el que guìa los actos personales, pero pueden ser muy armònicos si al perseguir el segundo , la individualidad se gratifica en el servicio al pròjimo.
Amaos los unos a los otros : esto es , no hagas a otros lo que no deseas para ti. Tambièn es el respeto al derecho ajeno, el sentido ètico que nos impide obrar contra el otro, dañandolo. El respeto a la vida y la naturaleza. El deseo consciente de ser parte de ella y permanecer integrados al todo por la armonìa espiritual que conecta la vida en el universo.
En el fondo la polìtica, que conocemos con el rostro horrible que le dan sus malversadores, puede ser un gran instrumento de acciòn social si, y solo si, no la empleamos para el dolo y el desfalco. Si la empleamos con honor y con ella honramos los principios èticos de la vida.